Ponte Pilas destilan Rock en ‘Treading Water’. Lento, trabajado, clásico y con cierto regusto al Country más añejo. Cocido en barrica y con tiempo, como los buenos vinos. Formados en Berlín entre dos ecuatorianos y un escocés, no es de extrañar que sus influencias beban desde los Sex Pistols hasta Oasis. Lo que no cabe duda es que ven el rock como fuente inagotable de diversión y en eso seguramente tienen razón.
Buscando riffs afilados que les encajen bien con la melodía, este tema es de los que no llaman la atención en la primera escucha. Pero tiene un «no se qué» y acaba haciendo que la vuelvas a poner. ‘Treading Water’ marca un giro introspectivo en la dirección de la banda, más que mover, busca conmover y os decimos que lo consigue. En serio, si nos dicen que es un clásico de los 70 remasterizado, nos lo creeríamos.
Escrita a principios del año pasado, cuando los planes de gira de la banda para ese año habían sido cancelados y la enormidad de los desafíos que el 2020 traería consigo acababa de llegar a casa, la canción refleja un momento de transición hacia un mundo totalmente desconocido. Además ha sido grabada en directo, incluso los arreglos musicales y los elementos de producción. Son tan sobrios que hacen juego con una vocal desnuda y vulnerable.
«La canción es un golpe de emoción cruda y visceral que se construye a partir de la reflexión del cantante Calum Bolland sobre un período de tedio y alienación sobre un estribillo de guitarra blues. La banda se une en torno a un ritmo tranquilo que crece en intensidad a través de la canción antes de entrar en erupción en un solo de guitarra irregular y electrizante que trae un momento de epifanía catártica: todavía hay esperanza»
Algunos afirman que la canción es un retroceso a las raíces del blues del rock, pero con un sonido claramente moderno. Y ojo porque no es novedad en ellos. La última grabación se realizó con equipos originales de los años 60 y 70 en Impression Recordings en Berlín. Junto con el ingeniero de grabación Robbie Moore, el ingeniero de mezcla Andy Baldwin y la ingeniera de masterización Mandy Parnell han encontrado exactamente el sonido que estaban buscando.
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