‘Los Abrazos Prohibidos’ es la nueva canción de Vetusta Morla en apoyo a los trabajadores de la Sanidad Pública. Ya está disponible en plataformas digitales y además tiene fines solidarios. Todos los beneficios económicos que genere, tanto editoriales como discográficos, serán donados a perpetuidad al CSIC.
El origen de este tema es ‘El vals de los salvavidas’, un poema colectivo de apoyo a la Sanidad Pública. Fue iniciado por Benjamín Prado y Elvira Sastre y contó con los versos de Andrea Valbuena, Andrés Suárez, Guille Galván, Irene G., Jorge Drexler, Leiva, Loreto Sesma, Marwan, Raquel Lanseros y Rozalén. La adaptación del poema al texto definitivo de la canción ha corrido a cargo de Benjamín Prado y Guille Galván.
“Sabíamos que se trataba de un gesto casi insignificante ante la dimensión de lo que han tenido encima los trabajadores de la sanidad, pero queríamos aportar algo no para ser condecorados como heroínas y héroes, sino como profesionales que merecen respeto y dignidad los 365 días del año, de cualquier año”
Los abrazos prohibidos ha sido compuesta, grabada y producida por Vetusta Morla durante las semanas de confinamiento. Pero no por ello han estados solos, un montón de artistas se han sumado al proyecto. Encontramos los nombres de Alice Wonder, Andrés Suárez, Carlotta Cosials (Hinds), Christina Rosenvinge, Dani Martín, Depedro, Eva Amaral, Ismael Serrano o Iván Ferreiro. También han colaborado Joaquín Sabina, Kase.O, Leiva, Luz Casal, Maika Makovski, Marwan, Nacho Vegas, Nina de Juan (Morgan), Pucho, Rozalén, Santi Balmes (Love Of Lesbian) y Xoel López. Carlos Raya se ha encargado de la mezcla.
“Queríamos que ellos tuvieran protagonismo no solo como institución, sino también como profesionales individuales, personas con sus materiales de trabajo y el peso de todas estas semanas en sus rostros. Los artistas los acompañamos desde nuestras casas, observándoles y admirándoles”
Asimismo se ha rodado un vídeo cuyos protagonistas son profesionales sanitarios del Hospital Universitario de Fuenlabrada. Ellos actúan en representación de un colectivo que ha inspirado este corte. Escenas en blanco y negro donde poco a poco nos acaban mostrando sus rostros. Caras que solo parecen intuirse tras las mascarillas, pero que siempre han estado ahí. Vaya por ellos nuestro aplauso y no solo el de las ocho de la tarde.