«Os quiero ver bailar»… Bajo este grito de guerra abrían The Prussians su directo en la sala Siroco de Madrid. Y venían con toda la intención porque sus melodías tardaron poco en tener a toda la sala botando, parecía que estuvieran diseñados para ello.
Allí estabamos nosotros para verlo en primera fila. Y menos mal, porque si no la máquina de humo nos hubiera dejado ver poco. Quitando esto y la rotura de Jack, que le puede pasar a cualquiera, el concierto discurrió con mucho más buen rollo que adversidades.
Ellos estaban felices de venir a Madrid y llenar la sala Siroco y desde luego que les entendemos. Venir desde Mallorca no es nada fácil y ver al público apoyando de esa manera es toda una recompensa. Eso si, no faltó el agradecimiento a GPS (Girando Por Salas) por haber hecho que este concierto fuera posible.
El recital fue un compendio de sus temas, desde los más antiguos hasta los últimos en salir. No en vano llevan ya ocho años encima de los escenarios y una larga trayectoria como esa permite tener un listado de canciones más que apetecible.
No hablaron demasiado pero cuando lo hacían, dictaban sentencia. En un momento en que todo el mundo parece estarse pasando a cantar en castellano por motivos comerciales, ellos siguen apostando por el inglés y el contenido alternativo. No quieren metas excesivamente altas, ver llena una sala con un par de centenar de personas les vale.
Y tiraron más de una chinita en ese sentido. «No vamos a hablar de dinero como el Trap» dijeron en torono a uno de los géneros de moda. «Y tampoco de desastres amorosos como el Pop» a renglón seguido. Por hablar, preferían hacerlo sobre el Karma y no sabemos si es verdad, pero en aquel semi sótano consiguieron sacar muy buenas vibraciones.
La anécdota llegó al final. Los bises aparecieron cuando creíamos que todo había termiando e incluso los fotógrafos se metieron al camerino. El hecho de haberse despedido varias veces hizo salir a algunos de la sala antes de tiempo. Pero por suerte disfrutamos de un par de temas más.
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